JAZZ /// Discos
Lennie Tristano, maestro inclasificable
CHICAGO & NEW YORK SCENE /// Lennie Tristano
ROCKIN´CHAIR
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En su juventud Lennie Tristano se sabía de memoria decenas de solos de Art Tatum, pero de ninguna manera puede afirmarse que éste acabara representando una notable influencia en su manera de concebir el jazz o de interpretarlo. Además de inmensos pianistas, ambos perdieron la visión en la infancia, residieron al mismo tiempo en Nueva York y se convirtieron en mitos vivientes para sus colegas. Son las coincidencias que permiten enlazar esta reseña con la anterior, sólo eso. En todo lo demás sus trayectorias brillaron desde la diferencia, comenzando por la implicación del músico de ascendencia italiana primero con el be-bop y después con el cool, del que se le considera padre fundador.
Chicago & Nueva York Scene recoge grabaciones del período de asentamiento creativo que en 1949 daría frutos tan innovadores como Intuition y Disgression, con los que Tristano precedió, según afirma el crítico y guionista de comic Carlos Sampayo, “en más de una década a la música que, principalmente guiada por improvisadores y teóricos negros, se daría a conocer con el nombre de free jazz”. El CD contiene quince temas que responden a tres planteamientos discográficos. En los cuatro primeros, grabados también en 1949, Tristano está arropado por un cuarteto en el que sobresalen dos de sus cómplices en la misión de remover las estructuras armónicas del jazz: Lee Konitz al saxo alto y Billy Bauer a la guitarra. Con ellos, más Arnold Fishkin al contrabajo y Shelly Manne a la batería, desarrolla complejas composiciones (las tres primeras suyas y la cuarta de Konitz) con títulos ad hoc: Retrospection, Judy, Subconscious Lee y Progression. En los siete siguientes temas, que datan de 1946 y 1947, también en compañía de Billy Bauer y con Clyde Lombardi o Bob Leininger al contrabajo, el pianista combina palpitantes creaciones propias (Out of a Limb, Blue Boy, Atonement y Coolin´off with Ulanov) y clásicos interpretados en clave bop (I Can´t get Started, I Surrender Dear y Night in Tunisia). En los cuatro últimos, ya en solitario y de 1946, aborda de una manera personalísima los standars Yesterdays, What is This Called Love, Don´t Blame Me y I Found a New Baby.
El titulo Chicago & Nueva York Scene no tiene otro sentido que justificar la compilación de materiales tan diversos en concepto, formato y repertorio. En el primero de esos dos emporios jazzísticos nació y creció Lennie Tristano. En el segundo forjó su fama de compositor sensible y cerebral a la vez y, con el tiempo, se convirtió en indiscutible referencia para un grupo de jóvenes que lo tomaron por maestro. Muchos de ellos, blancos, tuvieron exitosas carreras como intérpretes de cool, pero no sólo fueron jóvenes quienes quedaron seducidos por sus formulaciones jazzísticas. Charlie Parker siempre le tuvo en altísima estima y ambos compartieron escenario en diversas ocasiones, aunque apenas hay testimonios grabados de aquellos encuentros. Lo que sí ha pasado a la historia del jazz es el intensísimo Requiem que el pianista estrenó en un concierto benéfico celebrado poco después de la muerte de Bird en el Carnegie Hall. Esa soberbia pieza de piano solo, grabada a menudo después, demuestra el extraordinario compositor que era Lennie Tristano. Y también lo difícil que resulta encasillarle, incluso cuando, como ocurre con Chicago & New York Scene, se escuchan las primeras entregas discográficas de su libérrima trayectoria, truncada en 1978, cuatro meses antes de cumplir 60 años.
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