Y...UN CORTO ETCÉTERA /// Rescates

Chillida-Leku: una fotografía y dos miradas

Cuando visité Chillida-Leku el último día de 2010, horas antes de que echara el cerrojo como fundación cultural con respaldo de las instituciones vascas, realicé algunas fotografías que he vuelto a observar ahora. El caserío de Zabalaga, su acertada remodelación, las fenomenales vigas de madera y las piezas del interior me gustaron, pero no tanto como el museo al aire libre con las grandes obras de hierro y granito. Era, es, un espacio armónico e impactante en el que el creador donostiarra supo combinar su exigente concepto artístico con un respeto reverencial a la naturaleza.


Entonces me supo mal pensar que, al menos por un tiempo que se presumía largo, iba a ser una de los últimas personas en disfrutar de un lugar tan magnífico, pero me equivoqué. En los dos años transcurridos ya ha tenido 4.000 visitantes, según explicó un hijo del escultor cuando, a mitades de enero de 2013, se conmemoró el décimo aniversario de su fallecimiento. La familia aprovechó la ocasión para resaltar que los interesados en visitarlo, no sólo artistas o estudiosos de la obra de Chillida, pueden solicitar cita en la página web del museo, situado en Hernani. Una buena noticia que me anima a rescatar una de las fotografías que hice el día del “cierre” oficial, poco después retocada en fotoshop por mi amigo Joaquín Ahechu con el tono sombrío que parecía adecuado a las circunstancias.

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