Y...UN CORTO ETCÉTERA /// Medios de comunicación

Cine hecho a mano en ARTE

El título resulta equívoco. Chronicling a Crisis insta a una lectura en clave económica, colectiva, puede que incluso escatológica, pero no es la que viene al caso, aunque algo de eso también haya. Manda el artículo indeterminado que antecede a la palabra cuya sola mención anonada hoy cualquier política socialmente progresista. Amos Kolleck no aborda la crisis, sino una crisis, sólo suya, personal y artística, que le indujo a una decisión insospechadamente creativa: rodar la vida alrededor con una mini cámara de vídeo. El cineasta israelí apenas es conocido en España (se estrenó hace muchos años Sue, perdida en Manhattan y quizás después otra de sus películas, protagonizada por Audrey Tautou), pero en Francia goza de cierto cartel, así que el canal Arte sólo ha tardado meses en emitir Chronicling a Crisis tras su estreno en un festival neoyorquino. Apenas un suspiro si se consideran los siete años necesarios para completar tan extraño work in progress.

 

Kolleck ha reflejado en imágenes cotidianas, a veces incluso insípidas, tres tipos de experiencias. Su deambular por diferentes lugares de Israel y por las calles menos turísticas de Nueva York, donde buscaba no sólo inspiración, sino también productores que no le catalogasen como un fracaso con piernas. Las indagaciones en su memoria, reiteradas y dolorosas, que le confrontaban con la colosal figura de su casi centenario padre, Teddy Kolleck, héroe sionista y alcalde de Jerusalén desde 1965 a 1993, a quien cuidó en sus últimos días como a un viejo león enjaulado. Su acercamiento al submundo de la droga, que le interesó hasta el punto de compartir el protagonismo de su película con una mujer de la calle, Robin Romias, adicta al crack y al caballo. De edad indeterminada, mirada seductora, físico vapuleado, movimientos gráciles y verbo sensato, el idilio con la cámara de esa elegante criatura del arroyo impulsó a un productor canadiense a financiar la película de Kolleck, director desahuciado por la industria pese a su reconocida habilidad para descubrir actrices.


Chronicling a Crisis es, literalmente, cine hecho a mano. También una arriesgada muestra de cine documental, de cine verité, de cine familiar, de cine sobre las drogas, de cine sobre el cine, de cine de Nueva York y hasta del cine de autor que se puede llegar a ver en ARTE. Siempre, eso sí, que a doña Ángela no le de también por exterminar esa televisión de irrenunciable vocación europea…o la convierta en un canal especializado en desinformación económica.  

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