VIAJES /// Tumbos
Rancheras en L´Esquirol
Algunas pejigueras relacionadas con el combustible retrasan la salida de Barcelona y una nefasta elección del trayecto, la llegada a L´Esquirol. Se jodió el paseo por la montaña, pero no importa, no puede importar. Las corrosivas ocurrencias de Lucas, las réplicas zumbonas de Pol, los divertidos comentarios de Maite y las disparatadas acotaciones de Menci llenan el coche de carcajadas y voces. El conductor, medio enfurruñado al principio, acaba igual de alegre que el resto. No cabe otra en una mañana tan soberbiamente azul como la de este domingo de diciembre. Y camino de una fiesta de cumpleaños, además.
La cita es en una antigua masía situada a cuatro kilómetros de L´Esquirol, o Santa María del Corcó, como también se llama la localidad para eludir el nombre original, regalo catalán a la semántica universal tras el penoso comportamiento de sus habitantes en el siglo XIX durante la huelga en un colonia textil de las proximidades. Pero no más historia, o al menos ninguna otra referencia a ese baldón proletario, lejanísimo ya en el tiempo. Hay otras historias, más felices y recientes. Por ejemplo, la de Elisa Crehuet Wennberg, nuestra anfitriona, que vino a vivir aquí hace ya más de un cuarto de siglo, y aquí sigue, con el Guti, sus dos hijas, sus yernos, sus nietos y los muchos amigos que ha ido ganando con el paso del tiempo. Actriz, directora teatral y de ópera, coreógrafa, rapsoda, cantante… la rubia de Torredembarra nunca ha cejado en su empeño de acelerar el pulso escénico de la comarca de Osona.
Sus 60 años congregan a un centenar de familiares, amigos, colegas y vecinos en el espacio idóneo de L´Armentera, un par de edificios habilitados como casa de colonias y mucho verde alrededor con los Pirineos a la vista. Invitados tranquilos, sonrientes y cooperadores de todas las edades, desde los 94 años de la madre de Elisa y sus cuatro hermanas hasta los dos o tres años de los biznietos más pequeños. Y entre todo ese alegre personal, Ferran, su primer marido, y bastantes de quienes compartimos con él y Elisa ilusiones, veleidades, borracheras, bailongos, amores, agitaciones y hasta horas de exilio parisiense tras haber convertido el piso barcelonés de la calle Bruc, entonces Bruch, en la guarida de nuestra juventud. Isa, Carme, Miquel, Josemi, Pepa, Dani, la otra Elisa, la otra Crehuet, los cinco del coche…Todos vivos, pese a los pronósticos más optimistas, y casi igual de vivillos. Todos coleando. Y también coceando, siquiera al aire de los tiempos.
Hacia las dos de la tarde un tropel de gente se agolpa ante la larga mesa de caballetes surtida de ensaladas, cocas de recapte, arroces, polenta, seques…y otros variados primeros platos fácilmente combinables con las butifarras, la panceta, las costillas, la txistorra y las suculentas carnes que Ferran e Iker brasean a la parrilla con tanta paciencia como pericia. Durante una larga hora y media se come con ganas, en pequeños grupos, sin apenas alzar la voz, sobre la hierba o de pie, pero siempre buscando el sol. Hay cava en abundancia, un barril de cerveza donde tirar cañas, vinos de muchas clases, refrescos, agua. Y de postre, cocas dulces, pasteles, brazos de gitano, bizcochos caseros, polvorones…Un festín campestre. Un banquete informal rematado con los cánticos de costumbre mientras Elisa apaga dos tartas con velas, ofrecidas una por sus hijas Paula y Joana y la otra por sus nietos Ferran, Ramón y Bru.
Antes de que el sol caiga del todo y la concurrencia se refugie en el espacio cerrado donde está preparado un escenario con instrumentos musicales y micrófonos, Elisa anuncia que va a cantar unas rancheras. Bastantes de sus invitados conocen su intención, pero los demás deberían haberlo supuesto tras advertir el cambio en su indumentaria durante la comilona. Ahora luce el colorido vestido de inspiración mexicana que le han debido confeccionar entre su hermana Rosa, Elisa y el resto de sus amigas expertas en vestuario teatral. Y primero con el acompañamiento de una guitarrista y luego con el de un guitarrista arranca, a pelo, sin ninguna clase de altavoz, a cantar cinco rancheras: La de la mochila azul, El polvorete, El rey, La noche que se hizo tarde y Rata de dos patas. No es Ana Gabriel, ni Lola Beltrán, ni siquiera Rosenda Bernal, pero Elisa enardece al auditorio con una sentida interpretación en la que la actriz prevalece sobre la cantante.
Acabado el recital, los cinco de la ida deciden que es el momento de retirarse. Quien lo hubiera dicho, volver los mismos, y sobrios; abandonar una celebración a la cinco de la tarde, justo cuando comienza la juerga de verdad. Todavía a la vista las primeras nieves pirenaicas, enfilan la ruta a Barcelona y durante el trayecto, mucho más directo que el de la mañana, le dan al pico con ganas. Primero comentan, alborotados, lo gozoso de la fiesta y anotan, sorprendidos, los amigos que han echado en falta: Albert, Nazario, Alejandro, Eugenio, Jurdi, Águeda, Peña… Después, jalean a Josemi por haber identificado a Joachim du Bellay como al poeta renacentista de unos versos en francés recordados repentinamente por Maite: Le Tibre seul, qui vers la mer s'enfuit,/ reste de Rome. Oh mondaine inconstance!/ Ce qui est ferme est par le temps détruit,/ et ce qui fuit, au temps fait résistance...Y finalmente, animados por la mención de Roma, el Tíber y la permanencia de lo que que huye, evocan algunos de sus vagabundeos: el largo de Lucas hace pocos años por Rusia con estancia en la ártica ciudad de Arkángel, el que en los noventa llevó a Pol a Mallorca con la excusa de transportar cuadros para una exposición del Prome, el reciente de Maite a Donostia para hablar del Filoctetes de Sófocles, el de Menci en los ochenta por el sureste de la India y el Ceilán entonces en guerra, y también, cómo no, el del conductor, a comienzos de esa misma década, por el México de Paquita la del Barrio, autora de esa relectura feminista del amor cortés que es Rata de dos patas, el último de los temas que les regaló Elisa en el pueblo de la ardilla.
La de la mochila azul
Que te pasa chiquilla
que te pasa
me dicen en la escuela y me preguntan en mi casa
y hasta ahora lo supe de repente cuando oí pasar la lista y tu no estabas presente
El de la mochila azul, el de ojitos dormilones
me dejo gran inquietud
y bajas calificaciones
ni al recreo quiero salir
no me divierto con nada
no puedo leer, ni escribir
me hace falta su mirada
El de la mochila azul, el de ojitos dormilones
me dejo gran inquietud
y bajas calificaciones
El polvorete
Quien pudiera tener la dicha que tiene el gallo
racatapun chinchin el gallo sube
echa su polvorete racatapun chinchin
y él se sacude
Quien pudiera tener la dicha que tiene el gallo
racatapun chinchin el gallo sube
echa su polvorete racatapun chinchin
y él se sacude
Ya veras paloma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
Ya veras paloma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán
que a ti te coma
Ya veras paloma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
Ya veras paloma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
que no hay gavilán que a ti te coma
El rey
Sabes bien que estas afuera pero el día que tu te muera
se que te voy a llorar, llorar y llorar, llorar y llorar
Diré que nunca te quise pero estaré muy tristes
y así me voy a quedar.
Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina
ni nadie que me comprenda pero sigo siendo el rey.
Una piedra en el camino me enseño que mi destino
era rodar y rodar, rodar y rodar, rodar y rodar
después me dijo un arriero que no hay que llegar primero
pero hay que saber llegar.
Con dinero y sin dinero hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina
ni nadie que me comprenda pero
sigo siendo el rey.
La noche que se hizo tarde
Cada noche te
esperaba,
con las mismas ganas locas,
de que llegaras temprano,
de desarmarme en tu boca
Y veníais tú y la noche
y la noche y tú veníais
a dejar que yo vertiera
en tu cuerpo fantasías.
Pero un día se hizo tarde
pensé que solo era eso
porque la noche sí vino
y no dejó de darme un beso.
Un día, otro día y otro
me demostraron sin duda
la noche es mejor que tú
la noche es mas fiel que oscura.
Zarandeé los recuerdos
dando vueltas en la cama
y en una de tantas vueltas
me encontré la madrugada
De un salto me fui a buscarte
por donde solías venir
y te vi, maldito seas
igual que te vi partir.
Un soplo de amor di al viento
por si te lo hacía llegar
pero hasta la misma brisa
se cansó de ir detrás
Un día, otro día y otro
me demostraron sin duda
la noche es mejor que tú
la noche es mas fiel que oscura.
Rata de dos patas
Rata inmunda, animal rastrero
Escoria de la vida, adefesio mal hecho
Infra humano, expectro del infierno
maldita sabandija, cuánto daño me has hecho
Alimaña, culebra ponzoñosa
deshecho de la vida, te odio y te desprecio
Rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
Áún siendo el mas maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito
Maldita sanguijuela, maldita cucaracha
que infectas donde picas, que hieres y que matas
Alimaña, culebra ponzoñosa
deshecho de la vida, te odio y te desprecio
Rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
Aun siendo el mas maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito
Me estas oyendo inútil
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