Y... UN CORTO ETCÉTECERA /// Conversaciones

Conexión Tequila (III)

Hogueras de San Juan, circo electoral y un corral nublado

 

Junio-julio, 2012 

 

>> Apantallado, 16-6-2012

 

Quería hacerlo, pero el azar me hizo desistir del propósito de poner punto final a las

elucubraciones sobre Fuentes y temas aledaños. Comía en un restaurant de la Ciudad de México (el Cardenal, absolutamente recomendable), cuando, al entrever una desvaída melena semirrubia y entrecana y un rostro alargado y fatigado, me dije, y dije a mis amigos, pues ahí está Silvia Lemus, la ahora viuda de Fuentes. Una amiga comentó que no era posible, que quien señalaba tenía treinta años menos que Lemus, así que persistí en escudriñar más allá de la espalda tirando a fornida de la mujer que, vestida de azul cobalto, comía con la presunta Silvia, y caí en la cuenta de que mi amiga había puesto su mira en alguien mucho más joven, pero que mi objeto de investigación era realmente quien yo pensaba, entre otras cosas porque también asomó por allí el perfil de un tercer comensal, al que reconocí al punto como el alcalde de la Ciudad de México, coligiendo que la tercera mujer sería la cónyuge de don Marcelo Ebrard, la hondureña que tanta admiración provoca en los televidentes mexicanos. Y estas idas y vueltas de la curiosidad amenizaron la degustación de un pechito de ternera, un manchamantel y una nieve de zapote, regando el maridaje de cultura y política con un vino del Valle de Guadalupe de cuyo nombre no consigo acordarme.

 

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>> Fidalgo, 23-6-2012 

 

Hoy es la noche de San Juan. Había quedado algún comentario pendiente sobre el asunto de la ficción y la realidad, sobre la literatura y la serena y sesuda reflexión sobre lo que es, sobre el papel de los intelectuales en estas américas latinas… En fin, asuntos que quedan apartados para más oportuna ocasión (por cierto, qué articulo el de Juan Goytisolo “Leer y releer La muerte de Virgilio”, El País, 18 de junio; y qué casualidad, había pedido ese libro hace un par de semanas a un amigo para sacar provecho a unas vacaciones, si no, perdidas por tontas urgencias de gestión; y qué gozosa espera, que me lleva a sacar de la estantería el libro prestado y tenerlo ahí, al alcance de la mano, disfrutando por adelantado el relato de Virgilio entrando en Brindisi). Pero hoy, esta tarde aquí, esta noche ya ahí, es la noche de San Juan. Qué fiesta, señores, qué fiesta.

 

San Juan era la celebración del final ya de curso, del incierto inicio de las vacaciones, de la danza prima en torno a la foguera, de lejanos escarceos visuales amorosos, de las primeras ingestas de sol y sombra con Cesáreo cuando él hacía de Estragón y yo de Vladimiro. San Juan era la fiesta de Mieres, pero también lo era en el barrio del mismo nombre en Pamplona, también lo era de Almuñecar -qué raro, la gente estaba en la playa hasta al amanecer-, también se celebraba en Gros, e incluso entre los nórdicos, porque alguna pieza de Ibsen está ambientada en la noche de San Juan. Cuando viajaba de San Sebastián a Asturias la tarde del 23 de junio, era de ver las humeantes fogatas que iba encontrando a lo largo de la ruta, las de Zarautz, las de algún barrio de Bilbao, las de Castro Urdiales, las de Laredo y Llanes, Infiesto y de qué se yo cuántos pueblos, caseríos y rescoldos más. Al llegar a Mieres se podía oler toda la leña quemada de una punta a otra del Cantábrico.

 

Y venía la discusión: ¿San Juan Evangelista? o ¿San Juan Bautista?, porque el Evangelista, por aquello de ser el amado del señor, el cercano del "mujer he ahí tu hijo, Juan he ahí tu madre", el notario premonitorio de la más perfecta escatología, digo, el Evangelista tenía cierto aire etéreo que no parecía casar bien con aquello del fuego y la danza. No, el nuestro era el Bautista, que vagaba por los desiertos clamando quién sabe qué proclamas admonitorias respecto al que había de venir, aquel que no era digno de atar la correa de la sandalia del Mesías cuando este le pedía su bautismo -qué difícil entender estos entresijos teológicos los domingos por la mañana, con el olor del chocolate que subía por el hueco de la escalera, porque había que ayunar antes de comulgar-, aquel Juan del que se sabía que habían pedido su cabeza; después vinieron los relatos de Wilde y las músicas de Strauss.

 

Bueno, a lo que iba, no consigo evitar cierta emoción, de leña y baile, cuando sé que es la noche de san Juan. Puede que, sin saberlo, fuera la primera vivencia pagana vestida con la sacralidad del homenaje al santo, quién sabe. De todas formas, qué ironía si el tan traído y llevado proceso de secularización de los tiempos modernos uno lo hubiera vivido ya en su lejana juventud pueblerina, católica, desnortada. Esto, por cierto, me da pie para acordarme de lo que se decía: la gran inteligencia de la Iglesia para "bautizar" las fiesta paganas, navidad-san Juan. 

 

Que ya me lié, lo único que quería era compartir con ustedes dos un recuerdo que como experiencia vivida nunca se fue de mi, sino que lo tengo ahí, en alguna de las alacenas de este otro yo, deudor de tantos otros yos, que por momentos siente sus ribetes del indulgente pagano que dijo adiós hace tiempo a su viejo compañero cristiano.

 

A saltar la hoguera y dejar entre el fuego los desaciertos del año.   

 

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>> Apantallado, 24-6-2012

 

Me gusta tu texto, Fidalgo, pero me produce un cierto desasosiego, pues no me puedo acordar de donde pasé yo esas gozosas celebraciones que describes y menciona Serrat en alguna de sus canciones. Siempre asocié esa fiesta con el clima templado y el agua templada del Mediterráneo, pero ahora me sales con esta referencia cantábrica y ya no sé qué pensar.

 

Pero lo peor, repito, es que no recuerdo dónde coño anduve en tantas noches de San Juan, iniciáticas, medio profanas y medio sagradas, y en materia de fiestas católicas lo que  me viene a la memoria es esa devoción neofranquista de las procesiones del Corpus en la Navarra media, mañanas luminosas de junio con pétalos que caían de los balcones en las calvas de los curas y pisaban con cierta indiferencia los tacones que llevaban a las  piernas torneadas (como debe ser en el recuerdo) de, ¡ay!, las primeras chicas con minifalda.

 

En conclusión: me pasó de noche la noche de San Juan (esto se entiende en tu ciudad mexicana).

 

Saludos a la afición.

 

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>> JP, 26-6-2012  

 

Resulta sorprendente, Apantallado, esa zona cero tuya sobre la noche de San Juan. Quizás se deba, y ahora me visto camisa de once varas, una precisamente cuyas hechuras conoces de sobra, a que creciste en el momento en que el pueblón de tus padres y abuelos se estaba convirtiendo en la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta ciudad, o algo parecido, de Navarra, así que tocaba renegar de costumbres y ritos aldeanos. Reconozco que se trata de una teoría con flancos difíciles de defender, pero no encuentro otra razón de esa inusitada falla en tu por lo general buena memoria.  

 

Si no valorara en tanto vuestra amistad, seguiría el camino de la estupenda remembranza escrita por Fidalgo (Fidelio llama a nuestro cofrade una lectora de estas actas de la Orden del Tequila). Nací en la noche de san Juan y engatillo fácil el pistolón de la nostalgia. Además, ahora me ha dado, en eso también, por el revisionismo. Mi madre ha contado infinidad de veces que aterricé en este mundo hacia las cinco de la mañana acompañado del estruendo de unos cohetes lanzados desde un convento vecino para anunciar, o festejar, que las monjas marchaban de excursión. Suena raro: no son horas y tampoco el acontecimiento parece revestir importancia. Y, para colmo, me enteré hace algún tiempo de que ese día canonizaban en Roma a Maria Goretti.

 

Caben enmiendas o precisiones al relato que durante tanto tiempo he tenido por bueno. Una: mi madre, traspuesta por el esfuerzo del parto, oyó unos estallidos que sólo existieron en su imaginación. Dos: los cohetes se lanzaron para celebrar la incorporación de una joven pura, otra más, al santoral femenino católico. Tres: las monjas salían de excursión por primera vez en la historia del convento y, además, les esperaban cinco o seis horas de viaje hasta Lourdes en autobús. Cuatro: pasó justamente eso, pero los cohetes no celebraban nada, simplemente se pretendía con ellos despertar al conductor, de Villava, que se había quedado dormido. Cinco: algunos juerguistas, por ejemplo Josetxo el Francés y los de su cuadrilla, recordaron de madrugada que todavía les quedaban algunos cohetes y decidieron despertar a la población de Huarte. Seis: no hubo cohetes, ni surgieron en la imaginación de mi madre, fui yo que nací petardeando, algo quebien pudo augurar mis problemas digestivos y mi querencia por el estridente sonido del jazz. 

 

De todos modos, con tanto San Juan no hemos mencionado siquiera las inminentes elecciones mexicanas, ni me ha dado tiempo a pedir que Apantallado detalle las delicias que paladeó hace un par de semanas. Pechito, manchamantel, nieve de zapote...todavía salivo con el mero enunciado de esos platos, platillos o platazos 

 

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>> Fidalgo, 30-6-2012

 

Bueno, pues nada, toca tarea de elecciones. Apasionante. 

 

Hoy, miércoles, a las doce de la noche, da comienzo el toque de queda electoral: no más propaganda, no más cancioncillas empalagosas escupidas por los carros estacionados en los cruceros, no más divulgación de encuestas. Se acabó. A reflexionar hasta el domingo. 

 

Tres candidatos, el cuarto apenas cuenta. Enrique Peña Nieto, PRI; Andrés Manuel López Obrador, PRD, y Josefina Vázquez Mota, PAN. A la espera del encuentro que habrá esta mañana en el Colegio de México entre los principales encuestadores, este arroz ya se coció. 

 

Todos los pronósticos lo apuntan: Peña será el ganador. Las encuestan sitúan su triunfo en torno al 45%. Teniendo en cuenta el margen de error, más-menos dos puntos, y el número de indecisos, variable alrededor del 18%, puede haber algún cambio, pero será muy difícil que pierda la carrera. El PRI, tras dos mandatos panistas, volverá a Los Pinos. No hay ningún misterio ni milagro: de 32 estados, 20 están gobernados por el PRI, 6 por el PAN, 3 por el PRD y 3 por PRD-PAN. El PRI no había desaparecido del mapa político mexicano después de su derrota en 2000 tras haberse atrincharado varias décadas ocupando la presidencia. Siendo gobernador del Estado de México, un estado-termómetro de la temperatura electoral mexicana, Peña ya había emprendido su campaña para erigirse en candidato del partido. Su delfín en el Estado, Eruviel Ávila, ganó el año pasado las elecciones a gobernador arrollando, y era el hombre de Peña; y ese triunfo, por si había alguna duda, volvía incontestable su nominación, aunque parece que hubo movimientos internos provenientes de Manlio Fabio Beltrones, neutralizados o incorporados. Algunas sombras en su paso al frente del Estado, su mismo rapaz antecesor Montiel, la nunca aclarada muerte de la niña Paulette (hija de un próximo suyo), represión con muertes, el propio y extraña fallecimiento de su mujer… pero la maquinaria del PRI, puesta en marcha, es capaz de deglutir esto y más hasta convertirlo en aminoácidos. Matrimonió en segundas nupcias con una actriz que casaba perfectamente con su imagen de guapo latino, y después le fueron saliendo algunos hijos con supuestas amantes. En la campaña electoral dio un bajo perfil, aunque metió la pata soberanamente en la FIL de Guadalajara (a la pregunta de qué tres libros fueron importantes para él, respondió que la Biblia), se mostró torpe en algunas declaraciones y, lo más sonado, fue increpado por su pasado y tuvo que salir corriendo y de puntillas de un encuentro con jóvenes en la universidad de los jesuitas, la Ibero. Esa protesta dio lugar al movimiento #yosoy132#, que tiene un aire con las distintas familias de indignados,  promotor de  manifestaciones en toda la República contra Peña y el PRI. Las  propuestas del candidato son las del común: seguridad, escolarización, ayuda a menesterosos y desfavorecidos, verdor en las ciudades y… gloria en las alturas. No tuvo empacho en reconocerle a López Dóriga, conocido periodista del "sistema", que era conservador. El éxito del PRI es para unos inexplicable después de tantos años en el poder y la fama que se ganó de darle a la corrupción un rango institucional; para otros, lógico tras dos sexenios de gobiernos panistas que sumergieron al país en un caos desenfrenado de violencia, y para los terceros, consecuencia de su nacionalismo de proclamas integradoras, de su mucha experiencia y de su estrecha conexión con todas las clases y capas sociales frente a un PAN capitalino y de camisa blanca. Un partido, habría que añadir, de una ideología difusa, pero capaz de mimetizarse con los más amplios espectros de la población.


Muy distinto es Andrés Manuel López Obrador, AMLO para sus seguidores (por cierto, parece que se llama Manuel Andrés, lo que daría al traste con el acrónimo). Del estado de Tabasco, tiene el peculiar acento del golfo, como Armando Manzanero, usa expresiones muy populares, también le llaman el "peje", por un pez de la región, y habla con una parsimonia que desespera. Llegó, de la mano de los Cárdenas, a regente de la Ciudad de México, emprendió grandes obras que ya forman parte del imaginario y de la visión de la urbe, como fueron y son los segundos pisos, vías de comunicación superpuestas a las existentes, y renunció a su cargo en 2005 con vistas a la presidencia. Su campaña electoral de entonces, demagógica y extremadamente populista, llegaba muy de cerca a las clases populares y a diversos ambientes del arte, la cultura y las letras. Para otra parte de la población llevaba el estigma de un peligrosísimo nombre: Hugo Chávez. Erró al no participar en el debate con los candidatos del PAN y del PRI. En julio de 2006 ganó la presidencia Felipe Calderón, PAN, pero el estrechísimo margen de ventaja, los retrasos e interrupciones en el conteo y las numerosas protestas y denuncias de anomalías en las mesas electorales tendieron una verosímil sombra de duda sobre la legalidad del resultado y restaron legitimidad a su elección. Desde el primer día López Obrador se autoproclamó presidente legítimo (Calderón era el "espúreo"), y tomó el centro de la ciudad de México durante varias semanas, hasta el punto de que sus seguidores consiguieron que la ceremonia de toma de posesión de Calderón fuera completamente deslucida y apresurada. En estos últimos seis años ha cambiado la presentación de sus propuestas políticas. Después de recorrer varias veces toda la República, de estado en estado, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, su estilo se volvió más didáctico, menos agresivo y, sin renunciar a su postura de izquierdas, se entrevistó con empresarios, con diferentes fuerzas políticas y sociales -estuvo presente en la visita del Papa a Guanajuato la pasada primavera- y no escurrió  el bulto a la hora de prestarse al debate electoral con Josefina y Peña. A lo largo de la larguísima campaña electoral, desde abril, fue poco a poco subiendo en la intención de voto y bajando, parece que esto es muy importante, en el rechazo que generaba. Quién sabe… Si la campaña hubiera durado otros dos meses, es muy posible que su estimación de voto, en torno al 28%, habría experimentado un incremento, pero, a día de ayer, esa era su cifra, aunque él insista en que va a ser el ganador. Arrastra a mucha gente, tanto del barrio como de la academia, pero no alcanza los niveles de 2006. Es cristiano, alguna rama protestante, austero, viudo y vuelto a casar, tiene un hijo pequeño; de aire entre socarrón y galán latino plateado, encandila  a gran número de mujeres, "adelitas" las llegaron a llamar, que lo siguen enfervorizadas.

 
Josefina Vázquez Mota es la candidata del PAN, un partido alineado con lo más cercano al extremo derecho del arco político. El PAN consiguió, más por el rechazo general al PRI y su firme incrustación en el poder que por afinidad con su programa, la presidencia de la República en el año 2000. Fue lo que se conoció como la transición mexicana. La presidencia panista, de la mano de Vicente Fox, logró aglutinar el entusiasmo y la energía de amplias capas de la población, que en muchas ocasiones nada tenían que ver con su ideología derechista, e inyectar una ilusión política desconocida en la sociedad mexicana, máxime después del gris sexenio de Ernesto Zedillo. Como decía, la siguiente cita electoral, trajo la victoria de Calderón, fría y bajo sospecha de fraude electoral. Bien para asentarse en la presidencia, bien para congraciarse con el ejército, bien para emprender una acción política que centrase la atención de la población, bien por todo ello o por otras razones que ignoro, Felipe Calderón se lanzó a tumba abierta a una guerra contra el narcotráfico. Sacó al ejército de los cuarteles y él mismo se fotografió vestido de militar en una de sus primeras fotos como presidente, comenzaron a verse vehículos militares por las carreteras y las calles mexicanas, se dispararon las notas rojas diarias sobre muertos y atentados y, como no podía ser de otra manera, muchos inocentes o gentes ajenas a cualquier tipo de relación con el tráfico de drogas fueron detenidas y torturadas, en algunos casos ultimadas, por las propias fuerzas armadas. Diversos sectores sociales comenzaron a alzar su voz en contra de esta indiscriminada política de guerra contra el narco, y el punto culminante de esta reacción lo alcanzó el poeta Javier Sicilia, quien perdió a su hijo en una balacera protagonizada por un grupo ligado al tráfico de drogas en 2011. En suma, la inseguridad ciudadana es la preocupación primera de la ciudadanía de México. Al menos eso reflejan las encuestas. Habría que señalar, de todas formas, que la reacción de los mexicanos a esta situación es muy cautelosa, todo el mundo habla en su ámbito familiar o de amistades del último asalto del vecino, del último secuestro de un familiar, de la extorsión a un amigo, pero nadie dice nada en público y, mucho menos, pone una denuncia ante la policía. Pues bien, apenas se rozó esta preocupación de la ciudadanía en la campaña electoral. Fue Josefina la que ayer, cerrándola en un estadio de Guadalajara, dio la campanada anunciando que su ministro del interior sería Calderón. La abanderada del PAN ha alardeado de su condición de mujer, de defensora de la familia, de la educación y del empleo. Prometió tanto como los otros candidatos, pero, igual que ellos, no dijo nada acerca de cómo iba a llevar a la práctica su programa. Su candidatura fue a contracorriente. De la misma manera que Calderón llegó a candidato del PAN en 2006 sin ser el candidato de Fox (lo era Santiago Creel), también Josefina salió elegida por las bases panistas como su candidata en contra del parecer de Calderón, cuyo candidato en las primarias del partido era el oscuro Ernesto Cordero. Quién sabe si esto fue lo que provocó numerosos tropiezos en su campaña electoral, empezando por su propio registro como candidata, ya que tuvo que hacer autostop para llegar a tiempo a la inscripción debido al atasco de tráfico en la capital mexicana; y de ahí se siguieron varios más. De mediana edad, de voz rota y mitinera, de perfil bajo conservador, madre de familia, Josefina fue ministra con Fox y con Calderón (de este lo fue de educación, y cuenta con toda la animadversión de Elba Ester Gordillo). 

 

En fin, estos son los tres candidatos a la presidencia de la República de los Estados Unidos Mexicanos. Uno de ellos saldrá ganador mañana, 1 de julio, y, dados los dilatados plazos institucionales de la República, no jurará su cargo hasta el 1 de diciembre, eso sí, de este año 2012. 

 

Si hablamos de los colaterales, el PRI va a la elección coaligado con el Partido Verde Ecologista, formación inventada por una familia que acaparó todos los cargos, que hizo de la misma su modus vivendi y que, entre otras perlas, abogaba en anteriores citas electorales por la pena de muerte o la cadena perpetua (algo verdaderamente misterioso, digo, el hecho mismo de su existencia). Un tal Quadri creó un partido ad hoc, Nueva Alianza, estrechísimamente ligado a la ya aludida Elba Ester Gordillo, lideresa del Sindicato de los Maestros, nombre tras el que salta, como un resorte, el tópico añadido: el sindicato de América Latina con el mayor número de afiliados. La Gordillo desempeñó un papel muy importante en la campaña de Fox, incluso estuvo muy cerca del político y académico Castañeda, protagonió un discreto idilio político con Calderón, tuvo sus rifirrafes con Josefina y, finalmente, parece que a través de este nuevo partido apoyará al PRI. Ya se verá, pero son muchos los millones de votos que aporta a cualquier candidato la incombustible y cacique lideresa. El PRD va en coalición con el Partido del Trabajo. Y desde hace tiempo, se extiende entra la población la propuesta de votar en blanco o de hacer el voto nulo. Por otra parte, frente a la campaña de 2006 en la que el Frente Zapatista organizó lo que llamó “la otra campaña”, recogiendo las demandas de las que apenas se ocupaban los partidos políticos, y que puso en la picota al candidato de la izquierda, López Obrador, en esta ocasión no se hizo presente en ningún momento. Y, como ha quedo dicho, apareció una rama de indignados que durante el último mes y medio acaparó la atención de la gente y logró, incluso, organizar un debate entre Josefina y López Obrador al que no asistió Peña Nieto. 

 

Al hilo de los debates, hubo dos oficiales, el primero muy rígido y acartonado despertó la hilaridad del público por la aparición en el mismo de una escotadísima señorita que durante treinta segundos dejó en suspenso al respetable cuando se encargó de echar la suerte del orden de intervención de los candidatos. El segundo, que no seguí, parece que tuvo mayor viveza y brío.

 

Lo peor de las campañas electorales es el aire de ya visto que tienen todas (de ésta habría que destacar el reclamo de Peña Nieto a que se respete el resultado, ante el temor de que no lo haga López Obrador, y por parte de éste, las denuncias de lo coludidos que estaban medios de comunicación y PRI, la mafia política). Lo mejor, que no habrá que escribir algo parecido hasta dentro de seis años. 


 

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>> Apantallado, 30-6-2012


El amigo Fidalgo ha hecho su tarea el primero, el más cumplido, el más puntilloso, el más profesional. Quien empezó asombrándonos con sus silencios, ahora nos apantalla con sus pulcras y eruditas digresiones. Ante esta acuciosa crónica de los personajes no me queda más que ir a rebufo (palabra para mí de reciente uso importada de la Iberia). complementado aquí, matizando allá, echando alguna especia más a este platillo de por sí sabroso y con buena sazón (la próxima semana regreso al Cardenal de la Ciudad de México). 

 

¿Qué decir del Copetes Peña? Pos que viene del grupo Atlacomulco, uno de esos carteles posrevolucionarios amamantados por el Profesor Hank, padre de Carlos y Jorge, el exalcalde de Tijuana, coleccionista de animales exóticos, papá de 18 o 19 hijos, dueño de quinientos caballos...Al profe Hank que, en algún aula debió estar aunque sea de visita, se le atribuye aquella frase que rivaliza con las de Juárez y otros próceres de la patria: “un político pobre es un pobre político”. Y de ese nido nutricio sale este muchacho que logró, como dice el profe Fidalgo (no confundir), dejar en un segundo plano a otros eminentes príistas de comillo no menos retorcido y antecedentes tanto o más sospechosos, como el sonoronse Beltrones (que irá a Gobernación) y la elocuente tlaxcalteca, Beatriz Paredes, reina del huipil y del florido verbo. Todos ellos son representantes de este PRI donde caben los más variopintos personajes, pues no en balde, como dijo el difunto expresidente Ruiz Cortines, "soy de extrema izquierda, dentro de la Constitución". 

 

Esta familia, con todos sus secretos y trifulcas y, en el peor de los casos, con una mala salud de hierro, es la que se asoma nuevamente a la silla presidencial sin que, al parecer, nadie pueda detenerla. Los analistas se preguntan si nada ha cambiado "al interior", si el autoritarismo, la corrupción, las tranzas, seguirán siendo la marca registrada de la familia posrevolucionaria o en algún lugar ignoto habita un ala renovadora que pueda lidiar con un México que, pese a todo, es diferente del de hace doce años, tres décadas…Por ahora, don Enrique, además de lo que ya se ha dicho, quiere traer a un militar colombiano para seguir dándole leña al narco, así que la política más criticada de Calderón a lo mejor tiene más de continuidad que de ruptura en la restauración príista. 

(Continuará)

 

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>> JP, 30-6-2012

 

He leído con fruición la crónica de campaña de nuestro filósofo de cabecera, que ha demostrado dotes periodísticas, y el primer apunte de Apantallado, reputado sociólogo y gastrónomo (que disfrutes en la vuelta al Cardenal, ya contarás). Ahora ya estoy en condiciones de procesar adecuadamente el resultado de las presidenciales del próximo domingo. El circo político mexicano me fascina desde que leí, hace un carro de años, un sorprendente reportaje sobre la "estampida de los búfalos", como creo que se denominaba el sarao a campo abierto en el que cientos de mandamasés nacionales del PRI, o sus guaruras, para ser más exactos, pugnaban a trompadas para ser los primeros en presentar sus respectos al recién elegido candidato presidencial, dando por supuesto que sería jefe del estado durante el siguiente sexenio. No sé si eso sigue ocurriendo...

 

Lo que sí he comprobado es que los ex-presidentes mexicanos tienen un ego descomunal, desproporcionado incluso respecto a los sonrojantes estándares de la política latinoamericana, o latina, a secas. El otro día Vicente Fox, el panista, se refería en una entrevista a sí mismo en tercera persona a la hora de evaluar los logros de su mandato. Y en esa misma entrevista, pero en la versión digital, se catalogaba de líder mundial para demostrar que él no apoya al candidato del PRI por rencor, sino por altura de miras. Este fue el abracadabrante diálogo: 

"-P. Sorprende la confianza que tiene en Peña Nieto…

 -R. No es confianza, es pragmatismo…

 -P. Pertenece al mismo PRI que…

 -R. Él no es el PRI, él es una persona, el PRI es una cosa. Los líderes son los que  construyen, los que toman decisiones, los que están en la arena. Son los líderes los que cambian las cosas.

 -P. ¿Cómo usted?

 -R. Como yo, como Mandela, como Luther King, como Churchill, como Felipe González…" 

 

Ahí queda eso, compais.

 

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>> Apantallado, 30-6-2012


Empezaré, amigos, con una confesión: mañana votaré a la presidencia de México por Andrés Manuel López Obrador. De perdidos, al río. Y no estoy nervioso. Siempre (¿toda la puta vida?) o no sé desde cuando he pensado que el acto individual ante las urnas es hasta cierto punto intrascendente, dado el conjunto ingobernable de circunstancias imprevistas que ocurren en una elección presidencial y, en consecuencia, me niego a chapotear en el lodo de los remordimientos y mucho menos, a usar el cilicio si mi candidato "no es favorecido en las urnas por los electores".

 

Os preguntaréis, en el mejor de los casos, cómo he llegado a esta conclusión no siendo de esa parroquia, habiendo discutido acaloradamente en el 2006 con mis cuates chilangos sobre el fraude (que para mí no fue evidente), habiendo coincidido con algunos de los comentaristas que lo llaman el "Mesías Tropical", sabiendo de su progenie príista, de su pertinaz dogmatismo, de su simplicidad analítica y de esos inventos dizque estratégicos como el de la "república amorosa", que es lo que vamos a construir, según AMLOVE, unos noventa millones de mexicanos (restando infantes) que hoy por hoy transpiran mucha mala leche, odios acumulados a lo largo de la historia, historias de horror compartidas (ayer mataron a un taquero al lado de la escuela de mi hijo: Tacos Aarón, alta  cocina urbana). Además, el amigo AMLO se asomó a los debates públicos en estas elecciones con un tono cansino, con su secretismo habitual, con las fórmulas de siempre, con poca información, como si no hubiera leído los periódicos en los últimos seis años, como si China o la globalización no existieran y sólo tuviéramos, de fronteras para fuera, un asunto a tratar, la relación con Estados Unidos, que cuando él llegue a la presidencia va a ser una novela rosa. Su principal arma contra la corrupción estriba en nombrar en su gobierno a media docena de incorruptos o incorruptibles. El pilar de su estrategia económica será la austeridad: el ahorro de 3.000.000 millones de pesos que saldrán de los recortes a los altos funcionarios y los gastos suntuarios, ya saben, semanas caribeñas donde sí hay Caribe. A mí me parece muy bien que se le de un tijeretazo a la nómina de esos vividores que, como los ministros de la Suprema Corte, cobran alrededor de 40.000 euros mensuales (no exagero), pero no será esa la solución para este país, muchísimo más complicado que lo que describe "El Peje" en sus parsimoniosos discursos, tan lentos que quienes traducen para los sordomudos parece que hacen tai-chi. 

 

Podría seguir enumerando razones, impresiones, sensaciones que me alejan de la iglesia amarilla de AMLO, pero junto a esto me parece necesario decir que el PRI no da signos confiables de haber dejado atrás esa cultura política tan exitosa que permea al resto de la clase política mexicana, aquella que lleva a prescindir de la ley cuando conviene, a repartir dinero entre los cuates, a pactar "en lo oscurito", a alimentar a unos líderes sindicales multimillonarios. Y el PAN, además de haber practicado con gran dominio de la faena algunos de los vicios príistas en sus dos sexenios de gloria, presenta a una señora terriblemente impostada que recurre al señuelo del "género", que, como sabemos, sirve lo mismo para un roto que para un descosido.

 
Votaré entonces por AMLO como mal menor, sin ningún entusiasmo, pero con la frágil convicción de que sería bueno ensayar otra fórmula (¿distinta?). Y además, juro por los dioses que con el ejercicio de ese voto no me sentiré imbuido de esa superioridad moral que frecuentemente muestran los fieles del tabasqueño. 

 

PD: Necesitaremos txaskas maristas para diversos usos. Esperamos Inversión Extranjera Directa en txaskas.

 

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>> Fidalgo, 1-7-2012

 

Mis estimados, fino, muy fino anda nuestro investigador de la frontera. Suscribo sus comentarios. Aunque en lo que a mi respecta, más que querer que gane un partido, en este caso el PRD, lo que me interesaría, por eso hubiera votado por AMLO, es que el PRI no se convirtiera en un rodillo presidencial y cameral. No lo puedo entender como alternativa política. Pero, a mi juicio, lo peor es que, además de ser de parecida catadura política y humana, si no es en versión corregida y aumentada, el tal Peña tenga todos los hilos y tejidos en la mano como previsible ganador de la contienda electoral. Por eso, votar a AMLO y votar al PRD al Congreso y al Senado es de lo más oportuno. Para esperanzas, buenas intenciones y gestión democrática y transparente del poder, gloria a Dios nuestro Señor o, mejor, loas al monte santo de Jerusalén, tan hermosamente escandido por Isaías. Mas allá de la ideología de Peña, que no se repita lo de España, donde casi once millones de votantes, en las circunstancias de hace seis meses y del pronóstico más previsible de su hasta entonces secreta política, entregaron el país entero al PP. 

 

Lo mismo pasará, quizá, con el PRI. En fin, no creo que las cosas cambien mucho con el gobierno de un partido u otro. El mandato, sin ir más lejos, del execrable gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, triste epígono descendiente de lo más acérrimo y montaraz de la antigua raza de los sátrapas, apoyado por AMLO, apoyado por Cárdenas, apoyado por todo el aparato del PRD, ese mandato y este apoyo, digo, me curan en salud. 

 

Respecto a la mención anterior de Juan Pedro, digo, ni que hubiera oído los informativos de los últimos tres meses de Jacobo Zabludovski. Inmediatamente después de su sección, años ya, de "frentes" -frente de Coahuila, frente de Guerrero, frente de Michoacán… que es, claro, la manera que tiene de encabezar el parte diario de la violencia relacionada con el narcotráfico-, viene la de "pistas", pista del PRD, pista del PAN, pista del PRI… como si de una función circense se tratara. De Fox no sé decir si es un badulaque, si sabe muy bien mirar por sus futuros intereses o si son las dos cosas a la vez y más. Del misterio Fox, de si hay algo dentro de su acartonada y fatua figura, ni idea. Lo de sus intereses está ligado (quizás padezco celo de escrutador de corruptos) a que si ganara el PRD es muy posible que la serie de negocios oscuros en las que están involucrados sus hijos o los de su mujer adquiriera un feo aspecto para toda la familia Fox-Sahagún. De sus arrebatos onfálicos, pues qué decir de nuestro Ansar o de nuestro Zapatero, quien después de haber gobernado el país durante ocho años declara a Al Jazira que no se debe gastar más de lo que se tiene. ¡Háganme el favor!. Ucasé: después de gobernar, prohibido hacer declaraciones en los siguientes 17 años. 
Mis estimados, me esperan en el horno las consabidas tres manzanas que son mi almuerzo. Apenas saldré a la calle porque ya compré las pastillas de la tensión a primera hora y por gilipollas, bueno, y porque ese día cayó hacia las ocho de la tarde una tromba de agua de las que hacía tiempo no veía, olvidé comprar vino el viernes, así que con la "seca" de ayer y de hoy, adiós al moñoño. No, no iré a dar una vuelta por el centro de Morelia para ver el ambiente. Al ratito, iré hasta casa de V. para ver en compañía del gato, que ya no tiene nada de gatito y le va a Italia, el partido de esta tarde. 
Que disfruten este gris y neblinoso domingo.   

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>> Apantallado, 1-7-2012

 

Se me olvidaba, craso error, lo del Senado y el Congreso, que es algo fundamental. Pero en este tema sí me guardo la decisión en la faltriquera, siguiendo el ejemplo del güerito Castañeda, quien después de poner a parir a todos menos a uno, dice que no dirá. ¡¡¡Hazme el chingado favor...!!! 

 

 

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>> Fidalgo, 15-7-2012

 

Las cataratas de noticias provenientes del ruedo ibérico convierten en humildes arroyos las imprevisibles -ya ahora imposible hacer cualquier pronóstico- consecuencias derivadas de la inconformidad de AMLO respecto al resultado electoral del pasado 1 de julio.

 

El viernes publicaba un artículo Gómez Yáñez, harto elocuente, sobre la perversa práctica de los partidos políticos españoles cuya conclusión bien merece un atento examen, que no haré. Al mismo tiempo, asomaban los entresijos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, de la Caixa Galicia, de los consejos de Conde a Rato. Ese mismo día, también se adelantaban las medidas  del gobierno, criticado hasta por The Economist, que no pierde ocasión, al fin británico, de destacar el recorte de soberanía como precio al préstamo europeo.

 

Por activa y por pasiva, Rajoy y sus ministros ponen cara sonriente, afirman que todo es pasajero y dejan a la sociedad española en un rincón maloliente, oscuro y húmedo de la finca europea. Por si fuera poco, nos enteramos de que los servicios de inteligencia -qué cosas, ¿verdad?, "servicios de inteligencia"- tenían sus particulares tarifas para que usted, cliente curioso, estuviera al tanto de cualquier movimiento bancario, sexual o de compraventa de su vecino, en función de lo que quieras saber así será la minuta -supongo que a partir de ahora, también tendrán que pagar el IVA-.

 

Comentario aparte merece el uso del lenguaje por parte del ministerio del Interior; en este gobierno se nota cada vez con mayor intensidad  el insidioso uso torticero de sus comunicados. Recuerdan lo del muerto como desgraciado accidente de un tiro al aire. Si el señor Adorno afirmaba que después de Auswitz no se podía escribir poesía en alemán, tras el último gobierno de ZP y, ahora más, este del PP, durante una temporada no habrá otro género literario al que se podrán entregar los apaleados carpetovetónicos que el esperpento. Y eso, pese a que sabemos de sobra qué y cómo es nuestro corral nublado.