Y...UN CORTO ETCÉTERA /// Fútbol

Balance y prospectiva en MP3

El equipo alemán con la copa Jules Rimet.

El fútbol actual, más rápido y vistoso que nunca, corre el peligro de acabar formateado en archivos MP-3. Puede que sea consecuencia de mi cada vez más escasas entendederas, pero durante los últimos meses sólo he sido capaz de leer la actualidad del balón en clave 3. Me pasó con la imprevista Liga de tres aspirantes. Me pasó con las multas millonarias de Hacienda a Messi y el Barça por el contrato de Neymar, en ambos casos sustanciadas en escandalosas cantidades múltiplo de tres. Me pasó con la condena a tres años y medio de cárcel a Uli Hoeness, el factótum del Bayern, tras descubrirse el cadáver fiscal que guardaba en el armario. Me pasó cuando los máximos responsables del Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid encabezaron la pública petición de indulto para José María del Nido, ex-presidente del Sevilla Club Fútbol, condenado a ocho años de prisión por malversación de caudales públicos. Me pasó cuando comprobé que tres navarros y ex-osasunistas (Raúl García, Javi Martínez y César Azpilicueta) disputaban las seminfinales de la Champions mientras su club de procedencia iba de cabeza a Segunda. Me pasó al reparar que el cuerpo técnico de los equipos de postín se enuncia ya siempre de tres en tres (Ancelotti, Zidane y Clement; Martino, Pautasso y Paolorosso; Simeone, Burgos y Ortega...) Y, por supuesto, me pasó al repasar el Mundial de Brasil mientras iba conociendo los grandes fichajes del verano, como explico en los once (no tres) apuntes que siguen.

1. Alemania ganó el Mundial con todo merecimiento. Fue la selección que mejor jugó individual y colectivamente, se mostró tan potente como siempre y lució más técnica que nunca. Pero, cosas del fútbol, pudo perder la final si Argentina aprovecha alguna de sus tres claras ocasiones de gol (dos de Higuain y una de Messi) antes del tanto de Goetze en la prórroga.

2. El Balón de Oro del Mundial a Messi podría considerarse un injusto premio de consolación, pero atufó a nuevo chanchullo urdido o permitido por la FIFA, responsable última de un galardón bajo sospecha desde que lo ganó el portero alemán Kahn en 2002. Cuatro años más tarde lo obtuvo por segunda vez el francés Zidane pese a haber sido expulsado en la final por su cabezazo al italiano Materazzi. En 2010 (cuando Casillas, Pujol, Alonso, Xavi, Iniesta, Villa y cía jugaron como auténticos campeones) se lo concedieron a Forlán, buen rematador pero limitado futbolista de la selección uruguaya, que acabó tercera. Ahora se lo han regalado al astro argentino, autor de cuatro escuálidos goles en siete partidos. Messi no fue decisivo en los partidos decisivos, sólo demostró su categoría de forma intermitente y apenas corrió lo justo. Pero el premio fue suyo por la misma razón que recayó en los nombrados antes: haber firmado un contrato millonario con Adidas, la multinacional deportiva que lo esponsoriza. Tres rejonazos consecutivos al fair play que no se cansa de pregonar la FIFA.

 

Triste premio para un triste Messi.

3. Adidas es alemana, igual que Angela Merkel, la mujer más influyente del mundo. Cristina Fernández ocupa la Casa Rosada de Buenos Aires sin otra gracia que haber matrimoniado con el fallecido Néstor Kirchner, y Dilma Rouseff, el Palacio de Planalto de Brasilia tras una larga trayectoria política que comenzó como guerrillera contra la dictadura mlilitar durante la década de 1960. En el país campeón, el subcampeón y otro de los semifinalistas mandan mujeres, es decir, en tres de las cuatro mejores selecciones del Mundial. Una casualidad o una curiosidad, como se prefiera, apenas reseñada en la prensa española. Si Inglaterra, Bélgica y Japón llegan a acompañar a Holanda en los puestos de honor, la tabarra sobre la superioridad de los países monárquicos en la consecución de éxitos deportivos habría sido inmisericorde.

4. Por supuesto, fue el Reino de España el que conquistó la Copa Jules Rimet en Sudáfrica, pero entonces el entrenador era un ciudadano llamado Vicente, no todo un marqués. Digan lo que digan, el título nobiliario debió influir al decidir qué jugadores viajarían a Brasil. El criterio fue finalmente palaciego: Del Bosque rindió pleitesía a quienes habían conseguido los tres grandes títulos del fútbol español. Sin embargo él, más que nadie, debería haber contado con que en los negocios del balón, como en la Bolsa, ganancias pasadas no garantizan ganancias futuras. Y con que, muy por el contrario, una mediocre temporada (caso de Casillas, Xavi, Alba, Alonso, Busquets, Torres, Mata y tantos integrantes de la Roja) acostumbra a preludiar pésimos mundiales o eurocopas.

5. Claro que tampoco conviene ir sobrado de éxitos y elogios a una cita tan exigente como la que cerraba la temporada 2013/14. Le pasó a Sergio Ramos, pletórico durante el último tramo de la Liga y en la hora de la verdad de la Champions. La prensa madrileña ya se había apresurado a entronizarlo como el mejor central (si no futbolista) del mundo, y casi de la historia. Un fenómeno, un fuera de serie, el futuro gran timonel de la selección española. Su horroroso debut en Salvador de Bahía frenó en seco el diluvio de alabanzas. Falló en el primer tanto de Holanda y quedó tristemente retratado en los tres últimos metros de la carrera que mantuvo con Robben antes del último de los cinco goles que España encajó ante la selección dirigida por el pétreo Louis Van Gaal.

 

Remate a gol de Robben tras superar en carrera a Ramos.

6. Holanda también ganó el partido de los perdedores contra el deprimido grupo comandado por Scolari, otro eximio cabeza dura de los banquillos. Tras el 1-7 de Alemania en la semifinal, los tres goles recibidos por Julio César en el Estadio Nacional de Brasilia fueron digeridos por la torcida con una resignación cristiana acorde con el fervor religioso ostentado, viniera o no a cuento, por David Luiz, Fernandinho y varios de sus compañeros en los estadios. La verdeamarelha había sacado de tal modo los colores al país que solo se quería pasar rápidamente página. Ni rezos ni rizos. Sin regate, juego combinativo y disparo a puerta no puedes pretender ganar un Mundial, por muy pentacampeón que seas y por mucha ayuda arbitral que te garantice competir en casa.

7. Además, está archidemostrado que necesitas un portero no simplemente bueno, sino un porterazo. Uno en el punto culminante de su carrera, en plena forma y en excelentes relaciones con la fortuna. Alguien como el alemán Manuel Neuer, quien a sus 28 años ganó de forma justísima el Guante de Oro de un Mundial en el que coparon titulares guardametas poco conocidos, entre ellos tres de selecciones de la CONCACA, cacofónico y poco riguroso acrónimo que sirve tanto para nombrar la Confederación de Fútbol de América del Norte, Caribe y Centroaméroca como la Confederation of North, Central American and Caribbean Association Football y la Confédération de football d'Amérique du Nord, d'Amérique centrale et des Caraïbes. El estadounidense Tim Howard, el mexicano Guillermo Ochoa y el costarricense Keylor Navas sólo estuvieron un escalón por debajo de Neuer, aunque disputaron menos partidos, ya que los dos primeros llegaron hasta octavos de final, y el último a cuartos, eliminatoria en la que Costa Rica cayó por penaltis frente a Holanda.

8. El portero de los ticos fue el tercer gran refuerzo del Real Madrid para la temporada 2014/15 si se atiende orden de llegada, coste económico y previsible jerarquía futbolística. Tony Kroos, completo centrocampista alemán de 24 años, firmó un año antes de que concluyera su contrato con el Bayern de Munich. James Rodríguez, mediapunta colombiano de 23, máximo goleador e inopinada estrella del Mundial, le siguió cuando aún le quedaban cuatro años de vinculación con el millonario pero irrelevante Mónaco. Keylor Navas, de 27 y designado por la FIFA mejor jugador en tres de los cinco partidos que disputó en Brasil, costó sólo diez millones de euros, los necesarios para hacer valer la cláusula que le permitió rescindir sus lazos con el modesto Levante. Una tercera parte del precio pagado por Kroos, y una octava parte del invertido en un muchacho cuyo nombre de pila y apodo profesional debe pronunciarse castizamente castellanizado. J-A-M-E-S. Con la jota bien marcada y el resto de letras como suenan. J-A-M-E-S, punto. O, en todo caso, JAMES 010. Mi nombre es JAMES, JAMES GOLD...

James Rodríguez en su presentación en el Bernabeu.

9. Por Luis Suárez, cuyo sola mención retrotrae a tiempos convulsos no olvidados por la culerada añosa, pagó el Barça un millón de euros más que el Madrid por la joven estrella colombiana, lanzada al negocio de las bebidas energéticas con su propia marca, 10 Gold, que contiene cafeina, taurina y guaraná. No parece probable que el delantero uruguayo la consuma, pero si eso le tienta, conviene que alguien en su nuevo club se lo prohiba. Suárez anda sobrado de energía y del pronto caníbal que le indujo a morder por tercera vez en un campo de fútbol a un rival cuando corría el minuto 79 del Italia-Uruguay que se disputaba en Natal. Vistiendo en 2010 la camiseta del Ajax ya había hincado su potente dentadura en el cuello de jugador del PSV Bakkal y como jugador del Liverpool en 2013 repitió mordisco en el brazo de Ivanovic, rival del Chelsea. Acusadas durante la pasada campaña de falta de carácter y garra, o por emplear una palabra catalana, de la suficiente rauxa, la dirección técnica y la plantilla del Barça se ha rearmado para la temporada 2014/15 con una pareja de abrigo: Luis Enrique en el banquillo y Luis Suárez ante la portería contraria (¿la boca de gol?) con su más que acreditada mordiente...

10. Junto con Messi y Neymar, Suárez es la tercera estrella de la delantera azulgrana que, tanto por tronío balompédico como por contrato superferolítico, debe dar la réplica al trío atacante merengue que forman desde hace un año Benzema, Bale y Cristiano. Por un lado, la BBC europeo-madridista y por otro, la MNS americano-barcelonista. Una disputa deportiva que promete goles sin cuento y todo tipo de cuentos, verdaderos o inventados, con Messi y Cristiano en el punto de mira tras su mediocre participación mundialista.

11. El Atlético de Madrid, sin delanteros tan rutilantes como los anteriores, demostró la temporada 2013/14 que no le afecta gran cosa la marcha de sus estrellas. Su conquista de la Liga cuando se daba por hecho que ningun club iba a ser capaz de quebrar el duopolio Real Madrid-Barcelona le ha aportado dosis notables de autoestima, pero se trata de un club condenado a combatir una y otra vez contra el destino, contra la fatalidad que le hizo perder la Champions cuando ya pasaban tres minutos del tiempo reglamentario en la final de Lisboa. Y entonces vestían la zamarra rojiblanca un trío de futbolistas de tanto  nivel como Courtois, Filipe Luis y Diego Costa, ahora abducidos por la palabrería mourinhista y los dólares del jeque dueño del Chelsea...

Tres compañeros corren a abrazar a Godín tras marcar el gol decisivo para la conquista de la Liga en el Camp Nou.

......................