Y...UN CORTO ETCÉTERA /// Conversaciones

Cachas y su hija Joana en el jardín de Benifadet a mitades de la década de 1990.

Mensajes cruzados en el tiempo

Esta sección reúne tres tipos de textos a modo de mensajes dedicados: los que Cachas pareció autodirigirse en sus páginas más personales, o que pueden percibirse de manera natural como tales; los que Cachas envió por escrito a su familia y amigos (en buena medida recuperando expresiones de conversaciones con ellos) y los que algunos de sus próximos se cruzan, a petición de La Simiente Negra, para recordarle.

 

CACHAS EN CLAVE ÍNTIMA

Durante toda su existencia, Cachas copió con arte caligráfico miles de citas de los libros que fue leyendo y cientos de poemas, proverbios, refranes y escritos de toda índole que le suscitaban interés. Pero, a la par, fue elaborando un variado corpus de textos propios en los que se manifiesta un individuo no sólo culto y sensible, sino también con la entereza necesaria para superar casi cualquier tipo de circunstancias, incluidas las que minaron gravemente su salud durante largo tiempo. Refractario a cualquier tipo de exhibicionismo, Cachas dejó sin embargo páginas donde late su yo más íntimo, más desnudo.

FAMILIA Y AMIGOS

Cachas mantuvo una ejemplar relación simbiótica con el nutrido grupo de personas que aceptó en el círculo primordial de sus afectos. Él dio mucho y recibió también mucho, y no solo en sentido afectivo, sino incluso físico, ya que fue su hermano Juan Antonio quien le cedió uno de sus riñones cuando hubo que descartar otras opciones. Montse, su mujer, y Joana, su hija, fueron a la vez amorosas presencias tutelares en los tiempos duros y permanentes destinatarias de sus desvelos. También desempeñaron un importante papel sus hermanos y otros familiares, junto con los amigos, sus muchísimos amigos. Cachas los tenía a decenas, por no decir centenares. Conservaba los de sus años en Madrid y Barcelona, no paró de conocer a otros en Menorca, y a estos sumó los que que trató en el hospital, los campeonatos de trasplantados, las marchas cicloturísticas, los viajes que realizó por placer o para perfeccionar su inglés...La casa de Benifadet, en Sant Lluis, donde aún vive Montse, acostumbraba a convertirse durante los meses de verano en punto de reunión de todo tipo de gente y el resto del año volvía a ser el siempre hospitalario refugio donde Cachas desplegaba una incesante actividad, en ocasiones realizando breves semblanzas por escrito de sus más allegados o reflexionando sobre la amistad.

QUERÍAMOS TANTO A CACHAS...

La hija, la hermana y varios amigos recuerdan a Cachas con algunos escritos y también con cartas, fotografías, reproducciones de obsequios suyos y hasta con un cuadro que, desde Colombia, evoca el azul marino de Menorca. En el caso de Joana Brabo, vale la pena reseñar que ella ha heredado el temple creativo de Cachas, como viene demostrando en su ya consolidada trayectoria como poeta vanguardista, actriz, creadora de performances y, por encima de todo, artista de la (s) palabra (s). 

 

Joana Brabo

 

 "La poesía no sería sin mi padre, premiado ampliamente por la grandísima academía de la poesía con minúsculas. Mi padre está en todas las letras, preparado para guiñarte un ojo… Por supuesto, hablamos de la poesía enorme, la de la luz por la ventana, la nuestra, la que nos crece, la que nos nace, la que nada, la que nada de nada, la que yendo en bici se puso a volar, la que nos mantiene lejos pero de la mano, la que se pone muy seria y la que nos da de reir. En definitiva, la que se nos lleva dentro, en alerta poética, cuando pensamos en él.

He querido compartir dos de las muchísimas cartas que me regalaba para ponerme en vereda y hacerme como él quería. Los hijos somos como versiones 2.0 de los programas de ordenador, continuamos, somos casi lo mismo, con algunas cosas nuevas, muchas buenas, sí, y otras que definitivamente funcionaban mejor en la versión anterior."

 

Gracias a todos por acercarle un poquito."

Salud Brabo

"Mi hermano Jóse, lo llamábamos así antes de ser “el Cachas”, era un genio. Si, no es pasión de hermana, es que era así : GENIAL

Todo lo que hacía, lo hacía bien.

Dibujar, pintar, caligrafía, escritura china...

Música, crear melodías, tocar instrumentos: armónica, piano, guitarra, saxo…cualquiera que cayese en sus manos. Y nunca estudió música…era innato

Deporte, atletismo, natación, remo, surf, tenis…culquiera que se proponía.

Escribir, en prosa y en verso.

Casas, jardines.

Artesanía.

Hablar, cantar, reír, jugar.

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Anécdotas que indican su diferencia

No habló hasta los tres años. Mis padres, preocupados, recurrieron a médicos que les decían “ya hablará, no se preocupen”.

Y, sí, habló tarde, pero con frases completas y sin defectos de pronunciación. Se lo estaba pensando. Reflexionaba.

Andar y moverse….lo hizo desde muy pequeño y con gran pericia. Le gustaba subirse a uno de esos sillones enormes de antes y andar por lo brazos, encaramarse por el respaldo, con estupor y susto de los mayores.

Una tarde de otoño salíamos de remar en el estanque del Retiro. Él, siempre jugando y corriendo riesgos, intentó adelantar a mi otro hermano, Juan, y cayó al agua. Recuerdo su carita al salir a flote, con el flequillo pelirrojo empapado pegado a la frente ….”Las botas pesaban mucho”. ¡¡¡¡Vaya susto!!!! Y él tranquilo.

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Mis hermanos: Juan Antonio y José Manuel

Juan y Jóse. Eran inseparables, jugaban continuamente cuando íbamos “de visita” a casa de familiares, reuniones sociales o encuentros religiosos. Reían y armaban buenos líos allí donde se encontraran.

En el Retiro organizaban batallas de castañas contra otras pandillas, entre montones de hojas doradas, corriendo, sudando, gritando…

Mucho deporte compartido: esquí, remo, natación, bicicleta…Bueno, a Jóse mi padre le adaptó un motor para que no hiciera demasiado esfuerzo pues desde muy pequeño padecía del riñón, secuela de una nefritis. Era la envidia de los compañeros de pandilla en los largos veranos en el País Vasco.
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Tantos recuerdos…

Ya de mayores Juan y Jóse organizaron sus vidas en lugares distintos, pero cuando a Jóse le diagnosticaron fallo renal y diálisis o trasplante, Juan le cedió un riñón que le mantuvo con buena calidad de vida durante muchos años.

Y terminaron su vida en esta dimensión al mismo tiempo, con cuatro días de diferencia. No podían estar separados.

Cada verano cuando llego a Menorca veo al Cachas junto a Montse, su amada, esperándome sonriente. En cada rincón del jardín, en los muebles tan cuidadosamente tratados, a través de los cuadros, de los grabados, de sus poemas…Sigue ahí, inmortal, imperturbable, impartiendo ternura y amor a todo y a todo.

Un privilegio ser su hermana."

Pasión precoz por las letras...

Matilde Muñiz

 

"Te recuerdo, Cachas, como un luchador por la vida. Desde allá por los años 70, cuando te conocí, en el piso de la calle Lauria, con Montse. Después en Rafal Rubí, en Menorca, donde hacías muñequitos de madera que yo pintaba. Queríamos encontrar una casa grande donde ir a vivir todos los amigos, tú y Montse, José Antonio, Quique, yo... pero el tiempo pasaba, y algunos volamos a otros destinos.

 

Volver a Menorca, después de haber recorrido medio mundo con Els Comediants, fue como regresar al hogar. Ahora, cuando releo el libro maravilloso que me regalaste por mi 55 aniversario, escrito a mano por tí, con tu variada caligrafía, signos, metáforas, poemas y apuntes de tantos escritores, me quedo con LOCO DE ATAR, con los preciosos poemas que nos has dado. Y abrazo con tu música las perdurables en el tiempo “Memorias de un superviviente” que son tus páginas. Recuerdo de Cachas, mi amigo."

Amplia sonrisa, manos amigas: un momento feliz de la vida de Cachas.

Carmen Desguers

"Me es fácil escribir sobre Jóse porque su solo recuerdo me hace esbozar una sonrisa y un manto de bienestar me envuelve.

Consciente de un tiempo que se le acababa, eso no le impedía compartir sus horas con los amigos. Siempre cercano, animando y apoyándote. Conservo muchos y bonitos recuerdos de nuestro viaje a México, de las marchas cicloturísticas, de fiestas, de sobremesas, de paseos y silencios.

Estoy describiendo aspectos bondadosos de Jóse, pero hay mucho más, muchísimo más: gozaba de una mente privilegiada y muy bien amueblada, una personalidad atractiva y tranquila, una rapidez de pensamiento que nos fascinaba con sus ocurrencias y juegos de palabras, simpático, polifacético.

Una auténtica gozaba haber tenido el privilegio de compartir parte de su tiempo. Me despido con ese recuerdo."

Cachas en una de las marchas otoñales en bici por la península.

José María Benet

 

"Cuando he leído de nuevo tus escritos, te he visto como muchas veces alrededor de nuestras mesas, hablando y divagando. Pasando el tiempo. Tu tiempo. El que tanto cultivaste y cuánto admiré cómo lo ocupabas. Siempre activo, desarrollando hasta el fondo las cosas y los temas. Y con esta caligrafía tan exquisita, que resaltó, y de qué forma, las páginas y los textos que nos has dejado. Repito contigo: en memoria de palabras comunes, amigo que sabes cerca."

Parte de los libros de Cachas que se guardan en su casa de Menorca.

Cuca Guixeras

 

"Es el AMIGO precursor de la slowlife.

 

Consecuencia: su aprendizaje, entrenamiento y práctica de las caligrafías, en plural porque hacía muchas.

 

¿Hay actividad más pausada en la que emplear el tiempo?

 

Guardo con cariño y cuidado los testigos; pequeños libros únicos y cuidadosamente caligrafiados firmados por Loco de Atar.

 

Y también uno de sus dibujos preside la sala de la chimenea de Torrellisa, la casa donde tantas veces nos hemos reunido en familia para practicar el slowfood y quickthinking."

Pintando en el bosque: horas tranquilas.

Menci Azagra

 

"De Cachas guardo una vívida imagen de su fortaleza de espíritu. Eso es lo primero que surge cuando pienso en él, aunque enseguida me vienen a la mente otras prendas suyas. Y no sólo conservo recuerdos, también atesoro los libros que nos regaló y le tengo especial cariño al bestiario en caligrafía china, de pequeño formato y preciosa encuadernación, que incluía a modo de posfacio la seguiente dedicatoria: "Una colección de animales chinos para Menci, bióloga, y como tal, gran amante de los animales y una de las amigas más animal que tengo". Me encantó que me tuviera en tan excelente consideración y más cuando caí en la cuenta de que había firmado la dedicatoria como ADANH, el acrónimo que empleaba a modo de seudónimo de vez en cuando: Asociación de Amigos de la Naturaleza del Hombre".

Dick Gray & Patrick Aquilina
 
"Te celebramos
tu espíritu
cálido y generoso
sensato y sensible
poeta y músico
soñador creativo
siempre viste la luz
en un mundo a menudo
opaco y obscuro.

te saludamos y te recordamos."
Montse, Cachas, Patrick y Dick en Nueva York.

José Luis Pérez Montes

 

"Cruzaste la vida con rapidez,

Y al mismo tiempo con calma,

Y siempre buscando

La verdad de tu mente,

La verdad de tu vida.

 

Montse te acompañó

Casi todo el trecho,

Siempre maravillada

De la fineza de tu pensamiento,

De tu generosidad con todos,

De tu amor hacia ella,

Incondicional y apasionado,

Complementario y amable,

Educado y leal.

 

Joana también te vivió

Y tú le diste todo lo que tenías

Dentro de tu corazón

Y dentro de tu mente.

Le legas un libro

Lleno de pensamientos

De sabios que han sido,

Y de tus poemas

De sabio que has sido.

Siempre creíste que ella

Era lo mejor de ti,

Así lo creías,

Y así debe ser,

Que la hija mejor aún que el padre,

Que la discípula mejor aún que el maestro.

 

Tus amigos siempre te quisieron

Sobre todo por tu sinceridad,

Amabilidad, lealtad,

Generosidad compartiendo vida,

Pensamientos, ideas,

Ingenios y demás construcciones

Del corazón y la mente.

 

Te defino por lo que hiciste

Y por lo que amaste,

Por lo que nos distes,

Por lo que nos hiciste avanzar,

Por tu calma,

Tu maravillosa calma,

Que nos daba tanta paz,

Como la que tú disfrutabas

En medio de los sinsabores

De tu frágil salud,

Que nunca te impidió

Vivir a tope

Penetrando los misterios

De los genios literarios

Y musicales,

Haciendo deporte y mucho,

Y viajando por doquier.

 

Fuiste ejemplo de entereza

Ante la desgracia,

De sobreponerse a los dolores

Y a las desgracias.

 

A nadie agobiaste con tu dolor,

Y, al revés, te preocupaste por todos.

Todos, todos éramos para ti

Más importantes que tú mismo,

Todos éramos tu propia vida,

Tu propia razón de ser

Que te daba la medida de ti mismo.

 

Jose, has sido durante años

Mi héroe,

Mi supermán con sonrisa,

Mi ejemplo de que se puede

Seguir entero y sonriendo

Aunque el cuerpo se ponga en contra,

Aunque la enfermedad te agarre,

Aunque la falta de salud sea

La ominipresente enemiga.

 

Jose, pensaré en ti mientras viva

Y procuraré seguir tu ejemplo

Cuando las cosas se pongan feas.

 

Jose, Cachas, gracias por tu ejemplo

Y por tu cariño."

Mercedes, Montse, Joana, Jossé Luis y Cachas.

Alberto Gutiérrez

 

"Aquí te mando una imagen para el proyecto sobre Cachas. Es de la serie sobre el Caribe. Hace ya diez años que volví a Colombia y sigo extrañando Menorca."

 

Casi colmado ya el hipotético cestillo en homenaje a Cachas, solo me queda ponerle fin con un aporte personal: la carta que llegó a nuestra casa de Barcelona poco antes del comienzo del verano del año 2.000 y que revela doblemente la personalidad del remitente. Por un lado, el contenido muestra su interés por profundizar en los procesos de la comunicación humana, y por otro, el mimo de la escritura corrobora hasta qué punto era fiel a su pasión por la caligrafía.

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