VIAJES /// Tumbos

Valle de Ordesa.

Pirineos en 5 x 5

El título remite a los Pirineos en general, pero lo suyo sería acotar que oscenses y aun así tampoco resultaría exacto, puesto que abundan las referencias a lugares del Prepirineo. Lo de 5 x 5 responde a un reto narrativo: contar los tres días de excursión en apuntes de solo cinco líneas con cinco fotografías. Sobre el penúltimo, vale la pena explicar que la tertulia a la que hace referencia tuvo como protagonistas principales a los escritores Javier Reverte y Jorge Martínez Reverte, los editores Eduardo Riestra y Jesús Asín, el empresario Manuel Jové, el cirujano y escritor Manuel Herrero y el psiquiatra Eduardo Martínez, participantes en la aventura africana que ha quedado reflejada en Colinas que arden, lagos de fuego, de Javier Reverte, y Gálvez entre los leones, de su hermano Jorge.  

 

Jueves, 2-5-2013


Hacia la montaña. La tiritona invernal cursa ya solo como llovizna y bajas temperaturas en el tramo navarro de la autovía del Pirineo. En Aragón, donde la crisis ha paralizado las obras, el sol juega al escondite sobre la N-240. Vencida la tentación de desvío a los valles de Roncal, Ansó y Hecho, al cruzar Jaca avistamos la ciudadela y acuartelamientos sin frontera que defender. 

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Metáfora de Canfranc. La estación fascina por lo peculiar del emplazamiento ferroviario, su gigantismo horizontal, el sello arquitectónico francés y la metáfora de desencuentro que entraña su abandono. Vías, traviesas, agujas, máquinas, vagones, muelles, grúas...Hermosa herrumbre condenada a desaparecer si se hace realidad la rehabilitación anunciada a bombo y platillo en enero de 2013.

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Casi Candanchú. Camino de Somport reparo en que visito la zona por primera vez. Ni siquiera sabía que Candanchú queda tan cerca de la frontera, y eso que muchos amigos y conocidos llevan decenas de años esquiando en sus pistas e incluso tienen apartamento allí. Puede que sea ya el único navarro que nunca ha pisado Candanchú, pero ahora al menos la he visto desde lejos.

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Garbeo en Francia.  Tras descender un centenar de metros por el puerto de Somport dejamos el coche por el placer, antiguo y tontorrón, de dar un garbeo en otro país. Pero caen copazos de nieve, las frías rachas de vientos nos azotan el rostro, el suelo está resbaladizo. En cinco minutos ya hemos vuelto al vehículo. Y, además, qué es eso de confraternizar con el gabacho en pleno dos de mayo…

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Termalismo de casino. De nuevo en Jaca, vamos hacia el oeste, primero a Biescas y luego al balneario de Panticosa. Allí subimos un sendero para disfrutar de una panorámica del formidable circo pirenaico, el ibón de aguas tintas, los bosques nevados, los baños en ruinas y las modernas instalaciones del llamado Panticosa Resort. Termalismo de casino. Nada que ver con el del Imserso.

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Ovejas en Viu.  El cielo está despejado en la N-260 de Biescas a Torla por el puerto de Cotefablo. A la izquierda, estratos laminados en múltiples capas y a la derecha, el bosque alpino separado por quitamiedos nuevecitos. El CD Perfectly Good Guitar de John Hyatt anima la marcha, lentísima los cinco minutos que circulamos tras un rebaño de lanudos barriletes bamboleantes ya en Viu.

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Negro sobre blanco. Las cumbres de Ordesa, al fondo, resaltan la piedra oscura del viejo Torla, donde enseguida conseguimos alojamiento. Queda luz para pasear por una localidad tan turística como Barcelona. Y antes de dormir, bocadillo y caña en un bar con fotos de Fernando Escartín, el escalador de Biescas que se retorcía en la bicicleta con la expresión facial de un ecce homo.

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Viernes, 3-5-2013

 

Para los visitantes de Ordesa. Magnífico ejemplo de dotación cultural el Centro de Visitantes: informativo, completo, ordenado, sugerente, con salas dedicadas a la geología, los ecosistemas, la historia del parque, los personajes que lo impulsaron y hasta el legendario bucardo, la cabra pirenaica que, pese a los esfuerzos por conservarla, se extinguió el año 2.000. Casi tienta pasar allí el día.

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Orgía de la naturaleza. El sol de primavera luce durante las seis horas que tardamos en ir y volver de la Cola de Caballo. Hay muchedumbres en Ordesa y nuestro calzado no es adecuado, pero qué importa. El murmullo del río, la belleza de cascadas y gradas, las luces del bosque de hayas, el circo de Soaso, los farallones, los prados florecidos entre la nieve…¡Cuánta agua! ¡Qué bienestar!   

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Liguerre de Cinca. Un pueblo abandonado tras la construcción del pantano de Grado, reconstruido por la UGT y convertido en centro de vacaciones, he aquí la sucinta, y edificante historia, del lugar donde pasaremos el fin de semana con cinco amigos. El precio del apartamento, no precisamente barato, invita a pensar que incluye la cada vez más aplicada tasa de entorno incomparable. 

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Sábado, 4-5-2013

 

Congosto del Entremón. Estamos avisados, así que superamos sin demasiado susto los estrechos pasos sobre el vacío del tajo del Entremón, que llega a a tener 300 metros de altura. En dos horas vamos desde Liguerre hasta la presa de Mediano entre cortadas, pedreras, árboles, flores revividoras como la oreja de oso y el vuelo aplomado de los quebrantahuesos sobre el azul cobalto del Cinca.

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El Liemba en La Demba. El pareado surge solo. Ese legendario barco que todavía hace cabotaje en el lago Tanganika y el África de más allá del  Sahel centran la sesión de La Primavera de las Palabras organizada por el hotel La Demba. Y cuando en la cena se nos invita a proponer una, ya sea por el chardonay de Laus, lo bueno que está todo o el influjo de la charla, elijo sabor.

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Domingo, 5-5-2013

 

Avizanda. Una torre medieval restaurada, un museo etnográfico, una casa de títeres, una pista polideportiva, un buen hotel, un restaurante…Supongo que Avizanda representa más la excepción que la regla, pero los pequeños pueblos ya no son lo que eran y, me temo, tampoco nunca más tendrán lo que tienen. En cualquier caso, un buen final de la excursión. El día cinco del mes cinco…    

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